Enigmas del pasado y retos del presente
Con nuestra moderna tecnología, los humanos hemos conseguido logros que nos permiten desde soñar con la vida eterna hasta conquistar otros planetas. A pesar de estos espectaculares avances, existen objetos y lugares del pasado que continúan representando un reto para la humanidad. Con el tiempo es posible que la tumba de Alejandro Magno, el Santo Grial, la Urna de Oro de Trajano, La Antártida, El Triángulo de las Bermudas, El Dorado, la tumba de IMHOTEP, el Sarcófago de Cleopatra, Guaricano o el Arca de la Alianza dejen de ser misterios para los libros de texto.
A pesar de que existen numerosos libros basados en estos temas, para la inmensa mayoría de los comunes, estos hechos y objetos pertenecen al mundo de los mitos y las leyendas. Muchos de ustedes se preguntarán si el Santo Grial, La Antártida, El Dorado y el Arca de la Alianza, por ejemplo, existieron o fueron inventados para conseguir un fin determinado.
Con el Santo Grial se cree que se obtiene la vida eterna entre otros poderes. El Santo Grial es el plato, cáliz, copa o paterna que utilizó Jesús durante la última cena. Objetos similares a este han sido descubiertos por numerosos arqueólogos, sin embargo dado que los poderes que se les atribuyen no se manifiestan, se cree que no son los originales. Afirman los interesados que el Santo Grial está en la catedral de Valencia (España), en Antioquía, en el sur de Francia, en el Museum de Nueva York, en Génova (Italia) y hasta en Inglaterra. El poder de este objeto se exageró tanto que incluso Adolf Hitler encargó diversas expediciones a Heinrich Himmler para encontrarlo cuando fue conciente de que el Tercer Reich se desmoronaba.
Según la obra de Robert de Boron "Joseph d'Arimathie" (siglo XII) cuando Jesucristo resusitó, encargó a José llevar el Grial a la isla de Britania. De manera similar aparece en las historias del Rey Arturo. Este tema ha sido el argumento de muchos libros, entre ellos el "Código Da Vinci" de Dan Brown. Se tiene constancia de este objeto desde el siglo XII cuando el poeta Chrétien de Troyes lo nombra en su obra Perceval, aunque quien lo transformaría en un objeto mágico y milagroso fue Robert de Boron. Lo que si está claro es que el Santo Grial es parte de la mitología cristiana de la época medieval, por eso para los fieles, no hace falta buscar referencias en la Bíblia, ni pruebas de su autenticidad.
Con la Antártida ocurre algo similar. La Antártida es el mítico territorio, continente perdido o gran isla descrita por Platón en los diálogos Critians y Timeo. Se trata de un territorio ubicado en lugares diferentes: estrecho de Gibraltar, islas Azores, Malta, el mar de Azov, los Andes, Próximo Oriente, norte de África, Irlanda, Indonesia e incluso Japón. Para algunos dirigentes de la Alemania nazi era el hogar de los atlantes, a quienes ellos consideraban como los antepasados de la "raza" aria.
En el 2009, se creyó que la habían encontrado, pero según los analistas de Google, se trataba de una indefinición informàtica. Hacia 1940, un vidente norteamericano llamado Edgar Cayce, el profeta durmiente, predijo que la Antártida emergería hacia 1968. Evidentemente se equivocó.
La existencia de esta famosa isla continente cobró fuerza durante el Romanticismo, allá por la segunda mitad del XIX. Diversos estudiosos de los textos de Platón han encontrado múltiples anacronismos que hacen intuir que solo se trata de un mito, un lugar inventado por el autor y confundido en las traducciones y referencias que parten de autores como Plutarco, Estrabón, Diodoro o Plinio el Viejo. Por lo que parece, se trata de un bello relato con moraleja incluida. El hombre no puede jugar a ser Dios.
Lo más seguro es que se trate de un arquetipo de civilización idealizada por el autor. Si esto es así, los mapas de Piri Reis (1513) son un montaje; ya que en ellos aparece este mítico continente, y por supuesto son falsas las increíbles historias de Jörg Lanz Von Liebenfels. En relación a esta teoría se encuentran los relatos de los psíquicos Edgar Cayce, Dale Walker y Michael Gary Smith.
Es muy probable que el mensaje subliminal que transmite esta leyenda es que si no respetas la naturaleza, nuestro mundo puede desaparecer. Es decir que la isla de Poseidón no es más que una república ideal creada por Platón. Aunque imaginemos una elevación inusual del nivel del mar en el Atlántico, es poco probable que haga desaparecer a todo un continente, que naturalmente, tenía montañas o zonas elevadas.
La leyanda de El Dorado es una de las más recurrentes en una sociedad tan materialista como la nuestra. Cuando los españoles llegaron a América en 1492, no podían pensar en otra cosa más que en el oro, ese oro que los pueblos precolombinos parecían despreciar. Para los conquistadores era la manera perfecta de financiar sus costosas expediciones.
La leyenda de El Dorado tiene su origen hacia 1530 cuando el conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada escucha hablar de un supuesto "rey dorado" que con las versiones acabó haciendo referencia a un territorio o a una ciudad. Con el tiempo, los conquistadores situaron este lugar en el altiplano colombiano, pero al no encontrarlo, el lugar pasó a ser un misterio que dura hasta la actualidad. Seducidos por su valor, Francisco de Orellana y Gonzalo Pizarro intentaron encontrarlo, pero sin éxito.
Se ha llegado a pensar, incluso, que el oro de El Dorado fue arrojado al lago Titicaca por los indígenas para que los conquistadores no se apoderaran de él. Lo más seguro es que "el hombre de oro" fuese un ritual elaborado por los indígenas y que tal cantidad de oro nunca haya existido.
En la República Dominicana, por ejemplo, se cree que el primer asentamiento europeo construido en el Nuevo Mundo es Guaricano, un territorio situado entre Dominicana y Haití que no ha sido localizado con exactitud. Si esto fuese cierto, el Fuerte Navidad perdería el privilegio que tiene desde 1492. Paradojicamente, para mucha gente de este popular barrio de Santo Domingo solo se trata de un nombre más, sin ninguna vinculación histórica.
Hace poco tiempo, arqueólogos chinos afirmaban que habían encontrado el Arca de la Alianza en Turquía, cerca de la frontera con Armenia, pero la noticia pasó casi desapercibida. La Iglesia Católica copta etíope asegura que el Arca está desde hace más de mil años bajo su custodia en un templo del norte del país, cosa que fue descartada hace poco. Para estos fieles el Arca se encuentra allí desde la relación que tuvo el rey Salomón con la reina de Saba.
Se cree que el hijo de ambos Menelik I, tras una visita al reino de su padre se la llevó a Etiopía. En realidad existen pruebas de numerosas arcas, el problema es que todos los interesados afirman que la suya es la original.
El Arca de Yahveh o Testimonio es el objeto sagrado en donde se guardan, según la tradición judeocristiana, las tablas de piedra que contenían los Diez Mandamientos o Tablas de la Ley, el gomor de maná y la vara de Aaron, entre otros elementos sagrados. El Arca tiene que ser interpretado como un símbolo que representa la unión o el pacto de Yahveh con el pueblo judío. El objeto desapareció cuando el rey Nabucodonosor hizo destruir el templo de Jerusalén.
Si el Arca otorga poderes a quien la posee, como es que no impidió que el pueblo judío fuera humillado y enviado al exilio. Diferentes fuentes ubican el Arca en Jordania, Zimbabwe, Roma, Francia o Etiopía. Diversas pruebas arqueológicas indican que es muy probable que la etiope sea la auténtica.
Lo irónico es que este objeto sagrado del pueblo judío ha pasado a ser el punto central de la adoración cristiana en Etiopía. Como en otras leyendas, el cine también se ha hecho eco de este mítico objeto. Casi todos hemos visto la famosa saga de Indiana Jones en "Raiders of the lost Ark" o el videojuego "Tomb Raider" con la arqueóloga Lara Croft.
En todos estos mitos y leyendas, lo importante es que nunca conozcamos la verdad para prolongar el misterio. Dado que el poder de estos objetos es muy dudoso y su existencia difícilmente verificable, este solo será uno de los muchos articulos que intentarán desvelar la verdad o prolongar la incertidumbre sobre su existencia.
Alcides Pimentel Paulino