Un mundo de apariencias

Publié le par Vision Global


Que nuestro aspecto es importante en nuestras relaciones sociales es algo que nadie puede negar. Vivimos en un mundo en el que la apariencia tiene una importancia exagerada, por eso no puede extrañarnos que ocurran casos relacionados con la cirugía estética como el del transexual de Barcelona, que sin titulación, ni conocimientos médicos se dedicaba a "operar" a personas por poco dinero en su casa, poniendo en riesgo la salud de los incautos clientes. 

 

Si analizamos el caso con más detenimiento, nos daremos cuenta de que en nuestro contexto social, en el que se rinde tanto culto al cuerpo, no será ni la primera ni la última vez que personajes como éste aparezcan en los medios de comunicación, ya que la demanda de operaciones relacionadas con la belleza aumentan. El transexual cirujano inyectaba silicona líquida, no apta para usos inyectables en humanos, utilizando pistolas de uso veterinario. ¡Qué bárbaro el tipo! En su casa/quirófano no existía ningún aparato para esterilizar, por lo que se supone que reutilizaba las pistolas una y otra vez con el riesgo que eso supone. Cuando la policía registró el piso de Juan P. L. de 63 años, o Juan de los Palotes, encontraron botellas de silicona, anestesia local, pistolas de inyección veterinarias, agujas hipodérmicas, jeringuillas, antiinflamatorios, navajas, guantes y alcohol. Por si fuera poco, este individuo presumía de que por su "matadero" habían pasado personas conocidas, aunque sus principales clientes procedían del mundo de la prostitución, lo que le permitió realizar sus arriesgadas operaciones en la clandestinidad durante más de 20 años.   

 

A pesar de que se trata de una noticia satírica, el tema debería hacernos reflexionar sobre la exagerada importancia que atribuimos a la belleza en nuestra "sociedad aparente". Familiares de "Jack el Destripador" podrían aparecer en cualquier sociedad si no tomamos consciencia del problema que acarrea todo lo relacionado con la imagen. 

 

Según los especialistas, una persona agraciada físicamente (bella) puede conseguir antes sus objetivos que otro que no lo sea. Los seres humanos al igual que ocurre en el mundo animal, nos dejamos llevar demasiado por las apariencias. Una persona limpia y bien vestida suele transmitir más confianza que uno que  descuide su higiene o su forma de vestir. En nuestros días conjugar nuestra vida laboral, sentimental y social, representa un serio inconveniente para lo cual es necesaria una buena presencia. Por desgracia solemos confundir éxito económico o laboral con aspecto físico, cuando en la mayoría de la ocasiones nuestro aspecto depende de la capacidad económica del individuo. El hábito no hace al monje, pero confunde a muchos parroquianos. Una modelo sin maquillaje pierde parte de su encanto, como nos recuerda la famosa telenovela Betty la fea.      

 

A juzgar por los cánones de belleza actuales, "Las tres gracias ya no nos resultan tan graciosas". No es del todo cierto que "cuando la madre naturaleza no es generosa, la cirugía puede arreglar el problema". Tener un "cuerpo indigno" ya no es excusa suficiente para no ir  la moda. En no mucho tiempo hemos pasado del canon de belleza de las "Venus" a las modelos anoréxicas que más que atracción sexual provocan pena. A nadie se le escapa que está de moda tener mucha "pechonalidad", pero también que la belleza es una cuestión de proporciones.  

 

El léxico relacionado con la cirugía estética y con la farmacología se ha multiplicado de manera vertiginosa. Mamoplastia, faloplastia, láser, endoscopia, blefaroplastia (párpados), prozac, viagra, rinoplastia (nariz), otoplastia (orejas), reducción de abdomen, balón intragástrico, lipoestructura, colágeno, arrugas faciales, hiperhidrosis, vitaminas faciales, lifting facial, corporal, liposucción, aumento de glúteos, de gemelos, tratamiento de ginecomastia, aumento de pectorales, etc.

 

Existen muchos motivos por los que una persona toma la difícil decisión de operarse. En el caso de las mujeres el principal motivo es la "presión masculina indirecta". A pesar de que muchas mujeres se operan para estar a gusto con ellas mismas (autoconfianza), inconscientemente lo hacen con la presión de la figura masculina como base. Muchas féminas reconocen que han pasado por el quirófano por miedo a perder la pareja o para competir con los hombres en el mercado laboral. Las armas de mujer le han declarado la guerra a los instintos primarios de los hombres. En el plano sentimental, cuando una relación se acaba, suelen haber más motivos que los estrictamente físicos o estéticos. 

 

En un mundo en el que las normas sociales parten desde la visión masculina, suele producirse una disociación en términos de atracción sexual al pasar el tiempo. Por motivos culturales, nos parece normal que los hombres podamos aspirar a mujeres más jóvenes, sin embargo cuando una mujer se siente atraída por un chico bastante más joven que ella, las normas sociales recaen sobre ellas de manera contundente. Cuando esto ocurre se suele catalogar al chico de gigoló o chulo. En verdad, todos sabemos que los humanos, en general, deseamos lo que no tenemos.     

 

Dentro de todas las intervenciones que se realizan, los aumentos de pecho suelen ser los más demandados por las mujeres que acuden al cirujano, mientras que en los hombres destacan los tratamientos anticaídas y la reducción de abdomen.

 

En la actualidad existen dos técnicas para aumentar el tamaño y volumen del pecho: la colocación de prótesis anatómicas o redondas y el tratamiento con ácido hialurónico (no quirúrgico). Este último producto también se utiliza para elevar las nalgas. Muchos cirujanos sin escrúpulos están empleando este  producto a pesar de que se trata de una sustancia que biodegrada el propio organismo pasado un año, más o menos, pero del que no conocemos del todo los efectos secundarios.

 

En España, una operación de mamas cuesta entre 1.500 y 5.000 euros, lo que obliga a financiar la operación a mucha gente como si de un automóvil de tratase. Existen incluso paquetes turísticos a Colombia, Bolivia, Marruecos o Brasil en los que se incluye la cirugía como otro elemento más del viaje. En la actualidad, 24 horas son suficientes para dar de alta a una persona que se someta a una operación de pecho, cuando no hace demasiado tiempo el proceso duraba semanas. El quirófano y la anestesia ya no asustan a nadie, y nuestra sociedad es cada vez más permisiva cuando se trata de mejorar nuestra imagen. Se suele esconder la operación porque lo natural es más atractivo y porque la gente suele relacionar las operaciones estéticas con complejos y debilidades.        

 

Según Sigmund Freud, los seres humanos nos movemos por dos motivos principalmente: sexo y dinero. No hace falta exagerar y decir que sin tetas no hay paraíso, pero el sexo es un arma muy importante si el que posee este tipo de recursos sabe utilizarlos. Según el padre del psicoanálisis, a los hombres nos atraen tanto los senos grandes porque nuestro subconsciente los relaciona con comida. Se trata en el fondo de saciar nuestras pulsiones, deseos o libidos. Resulta un tanto exagerado pensar que somos criaturas sociales, y que el sexo es la mayor de nuestras necesidades. En mi opinión, Freud sobrevaloraba la importancia del sexo, ya que en sus escritos se interpreta que la principal función del sexo es la reproducción, cuando el placer sexual en los seres humanos es tan importante como el primero.

Si nuestro principal objetivo en la vida es ser felices, entonces tenemos que interpretar el sexo desde el placer. Siguiendo este mismo argumento podríamos decir que en el intento de satisfacer nuestras necesidades, caemos inevitablemente, en el principio de Nirvana, es decir, estar en paz con nosotros mismos, lo que representa en última instancia la muerte.

 

La apariencia es tan importante en nuestro mundo actual porque desde los medios de comunicación de masas recibimos un bombardeo de información que relaciona belleza y felicidad, lo que comporta al mismo tiempo complejos e insatisfacciones. En consecuencia, nuestros "defectos" se convierten en un obstáculos que nos impiden alcanzar nuestras metas. Con este argumento se han hecho películas como "Nip/ Tuck" en Estados Unidos o programas de televisión como "Cambio radical" en España.

 

Que nadie vaya a pensar que la cirugía estética es un tema exclusivamente femenino, ya que los hombres, y no únicamente los mal llamados metrosexuales, se han apuntado a este culto al cuerpo, cuyos límites los marca cada individuo en función de su propia percepción sobre la belleza. Conviene no olvidar que la belleza en algunas ocasiones es subjetiva, de modo que no todos interpretamos la hermosura de la misma manera. En España, del total de personas que se someten a una operación de cirugía estética, el 85% son mujeres y el 15% hombres. Cada paciente se gasta como media unos 2000 euros en su búsqueda del aspecto ideal. Solo unas prótesis mamarias cuestan entre 700 y 1200 euros. No se trata únicamente de aumentar el tamaño de las mamas, sino también de reponer el volumen que se pierde por la edad o la maternidad y la reconstrucción tras la extirpación de tumores.

 

España, por poseer uno de salarios medios mas bajos de Europa, es el país europeo en el que se realizan más cirugías estéticas, unas 350.000 al año, y el tercero en utilizar botox, con 36.000 tratamientos. El negocio de la cirugía estética mueve en este país más de 900 millones de euros anuales.          

 

Todos los cirujanos saben que la mejor cirugía estética es la que no se nota, ya que el objetivo principal de cualquier operación debería ser mejorar nuestro aspecto sin romper con las proporciones anatómicas. La cirugía debería tener como principal objetivo imitar a la naturaleza. Se trata de un mercado que no solo se centra en artistas, modelos y mujeres de clase alta, sino que se ha generalizado a todas las clases sociales, ya que las operaciones pueden financiarse como si de un automóvil se tratase. La última moda, es que algunos padres regalen a sus hijas operaciones mamarias con motivo de sus cumpleaños.

 

Suele ser habitual  que cuando los hombres pasan de 45 o 50 años, y se ven afectados por un acontecimiento importante en sus vidas en forma de separación, divorcio o independencia de los hijos, sienten la necesidad de dedicar más tiempo y dinero a ellos mismos.   

 

Muchas de las personas que se someten a este tipo de operaciones, no tienen en cuenta a largo plazo, los importantes riesgos para la salud que pueden provocar los materiales utilizados durante las operaciones. De hecho, no existe unanimidad en los futuros riesgos que pueden conllevar los implantes mamarios de silicona. Existe el extendido rumor de que estos implantes, al igual que los de soja, provocan cáncer a largo plazo. Por éste y otros motivos, las prótesis de silicona, las más utilizadas en este tipo de operaciones, fueron prohibidas en Estados Unidos en 1992, y substituidas por implantes de suero salino, ya que se producían con demasiada frecuencia filtraciones en las prótesis de silicona que iban a parar a los tejidos y provocaban diferentes enfermedades, principalmente del sistema inmunitario.

 

Diversos expertos coinciden en que el 74% de las prótesis podrían romperse en unos diez años, y hasta el 93% cuando se realizan reconstrucciones mamarias. Esto quiere decir que la gran mayoría de las personas que se operan tienen que volver a pasar por el quirófano con el tiempo. Ninguna operación está exenta de riesgos. Las diferentes prótesis presentan filtraciones en su contenido y pueden romperse al colocarlas en el pecho, a causa de la sudoración,  por el rechazo de los tejidos o porque se contraen o se endurecen.          

 

Existen casos en los que algunas mujeres, como la famosa Lolo Ferrari, parecen más una fábrica de silicona que un cuerpo sexy. A la mayoría de los hombres les gustan los senos grandes, pero acompañado de un cuerpo proporcionado. Por desgracia, en nuestra sociedad existen cada vez más personas, quizás animadas por el aumento de la esperanza de vida, que han optado por declarar la guerra al envejecimiento, cuando saber envejecer no debería de resultar un problema, ya que cada etapa tiene aspectos positivos. Casos como los de Michael Jackson, la doble de Barbie, Angelina Jolie o el transexual Carmen de Mairena tienen que alertarnos de los riesgos que conlleva ir contranatura y modificar en exceso nuestra fisonomía hasta límites que rozan lo esperpéntico. Mujeres con cara de gato o de pescado no es la idea que tenemos de un bombón.

 

El cuerpo humano es uno de los organismos más complejos del Universo, y cualquier intervención sobre él tiene su riesgo. A casi todos nos gustaría mejorar algún aspecto de nuestro cuerpo, pero hemos de tener en cuenta que los milagros no existen.

  

Alcides Pimentel Paulino
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A
Me parece genial que quieras remarcar que este caso de cirugía estuvo mal echo, pero, ¿para que remarcar que es transexual? Me parece muy irrespetuoso que lo denomines así y que hagas que parezca peor lo que ha echo llamándolo 'el transexual' vergüenza tenia que darte.
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C
Estoy contigo en que las personas pueden sufrir problemas en las operaciones cierto, pero al final es su cuerpo, es lo mismo que si fuman, ingieren marihuana o cualquier otro tipo de droga. Además luego el resultado final les ayuda a tener mejor motivación y satisfacción personal, eso es algo que merece la pena
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